NOTA DEL EDITOR
La PAZ es celebrada el 21 de septiembre a nivel mundial.
En los medios de comunicación con lamentable frecuencia los enfrentamientos entre naciones, ciudades, vecinos, empresas, familias, tienen lugar como resultado de injusticias, poder e intereses.
Imposible no pensar, ¿y yo que puedo hacer? Frente a tanta violencia, falta de cuidado a la vida humana y el medio ambiente.
Quizás la respuesta sea: donde estés, es donde podes hacer la diferencia.
Siendo congruente entre lo que pensás, decís y haces. Saliendo de el espacio de comodidad. Levantando la mirada de lo propio, el otro también es nuestra responsabilidad. Saber su realidad, deseos y posibilidades será una manera de ir vislumbrando el camino a seguir.
La indiferencia, el abandono, la falta de oportunidades, el maltrato, las carencias de todo tipo son algunas formas de violencia.
La Paz se construye desde lo sencillo, el sentirnos escuchados, apoyados, cuidados, acompañados, tener un lugar de pertenecía donde poder volver, saber que para otros somos importantes. Animarnos a soñar.
Tomar conciencia puede ser el primer paso de lo que sí puedo hacer y así la tan anhelada Paz se comenzara a construir entre todos.
Hasta la próxima, Claudia
EL PODER TERAPÉUTICO
DE LA ARCILLA
Un viaje creativo para niños y adultos En un mundo cada vez más acelerado, trabajar con las manos se ha convertido en un refugio. La arcilla, material ancestral y noble, ofrece mucho más que la posibilidad de crear piezas únicas: es una herramienta terapéutica que beneficia tanto a niños como a adultos.
Para los niños: juego, creatividad y confianza. Cuando un niño manipula arcilla: Explora con los sentidos: siente la textura, la temperatura y la maleabilidad. Desarrolla la motricidad fina: fortalecer las manos a través del amasado y modelado.
Estimula la imaginación: cada forma creada abre un mundo nuevo. Refuerza la autoestima: el orgullo de ver su obra terminada y única. Además, el trabajo en grupo fomenta la cooperación y el respeto por los procesos creativos de los demás. Para los adultos: pausa, conexión y sanación
En el caso de los adultos, la arcilla funciona como una meditación activa. Reduce el estrés: el contacto directo con el barro calma la mente. Favorece la concentración plena: trabajar pieza por pieza invita a vivir el presente.
Canaliza emociones: modelar puede ser una forma de expresar lo que a veces no se logra poner en palabras. Promueve la resiliencia y la tolerancia a la frustración: una pieza que se rompe o se deforma hay que volver a hacerla Un puente entre generaciones. Lo maravilloso de la cerámica es que no tiene edad. Un niño y un adulto pueden compartir la mesa de trabajo, moldear, reír y aprender juntos.
La arcilla conecta, une y recuerda que todos podemos crear con lo más simple: nuestras manos. Trabajar con arcilla es mucho más que una actividad artística: es una experiencia transformadora que invita a volver a lo esencial, a conectarnos con nosotros mismos y con los demás.
Conclusión sobre el poder sanador de la arcilla: arte y terapia para todas las edades.
La cerámica dejó de ser solo una disciplina artística para convertirse en una herramienta de bienestar. Así lo demuestran numerosos talleres donde niños y adultos encuentran en el barro un espacio de creatividad, calma y conexión. Cuando un niño amasa arcilla, no solo juega: está fortaleciendo sus manos, su concentración y su autoestima. Cada pieza terminada es un logro personal. En los adultos, la experiencia toma otro matiz:
Es una pausa frente al ritmo acelerado de la vida. El barro te obliga a estar en el presente, a aceptar errores y transformarlos en oportunidades.
Eso es profundamente terapéutico. Diversos especialistas en educación y arte terapia coinciden en que la arcilla estimula la motricidad, regula la ansiedad y abre un canal de expresión emocional único. Al final, más allá de la edad, todos encuentran un mismo beneficio: el placer de crear con las propias manos.
Cecilia Bosch - Tallerista y fundadora de Scr4p.deco
Farmacias de turno:
SEPTIEMBRE 2025:
DIETSCH, R8 y 197: 10, 20 y 30.- // BUFFARINI, Av. Pte.Perón 3030 (ex Maipú): 5, 15 y 25.- // BOTICA POLVORINES SCS (ex Jativa) , Rivadavia 2017: 6, 16 y 26.- // SAOS, L.Suarez 2939: 7, 17, 27.- // OCAMPO, Perón 3387 y 25 de Mayo: 2, 12 y 22.- // RIVADAVIA (ex PECCI) , Rivadavia 2690: 1, 11 y 21.-// EMERIC Baroni 1859: 3, 13 y 23.- // BORRINO, Ing. Huergo 3595: 8, 18 y 28.- // EBERBACH Av. Pte. Perón 897: 9, 19 y 29.- //
DEL SOL Derqui y Peña (Sourdeaux): 8, 18 y 28.- // DEL AGUILA San Martin 2558 : 4, 14 y 24.-
ACERCA DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS
Los Cuidados Paliativos constituyen un planeamiento que permite mejorar la calidad de vida de los pacientes (tanto adultos como niños) y el de sus allegados, cuando afrontan los problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal.
El planeamiento se concreta en la prevención y el alivio del sufrimiento mediante la detección precoz, la correcta evaluación, la terapia del dolor y otros realidades ya sean estas de orden físico, psicosocial o espiritual.
Se ha destacado que es una disciplina importante para el manejo de la enfermedad de base, así como para el mejoramiento de la calidad de vida del paciente, aumentar su alivio y reforzar la dignidad humana.
Por lo cual se ha dictado una responsabilidad ética de los sistemas de salud para proporcionar Cuidados Paliativos.
Asimismo los profesionales de la salud tienen la obligación de cubrir la esfera biopsicosocial, así como el ámbito espiritual o religioso, sin importar la afección del paciente.
Consciente de lo urgente que resulta incluir los Cuidados Paliativos en la totalidad del proceso asistencial, en particular a nivel de la atención primaria de salud, y reconociendo la no integración adecuada de los mismos en los sistemas de salud y asistencia social, es uno de los factores causantes de que el acceso a esta atención no sea equitativo.
“La mejor manera de honrar
a un ser querido, es que él y
su entorno, gocen de dignidad y calidad de vida en todo momento”
ALEJANDRA PERALTA
Licenciada en Enfermería, especialista en Cuidados Paliativos
En esta edición de Alma Silvestre
` La primavera y el resurgir `
Ayer vi las primeras flores en los cerezos, y me sacaron una sonrisa enorme. Se acerca la primavera, el momento en que vemos como la vida natural renace, lo que pensábamos que estaba marchito, solo descansaba y tomaba fuerza para RESURGIR.
Así como la naturaleza resurge, nosotros también, sin saber cómo, sacamos energía para resurgir de situaciones que pensábamos imposibles.
La resiliencia es todo, si lo definimos, es la capacidad de adaptarse frente a una situación de adversidad, trauma, tragedia, entre otros. La naturaleza también lo vive, luego de incendios, sequías, inundaciones. Esta flexibilidad y capacidad de adaptación nos compete a todos y todas las especies.
La resiliencia se siembra con creatividad, arte, el apoyo de los seres amados y la respiración, algo clave, el practicar inhalar y exhalar de manera consciente, nos permite gestionar los momentos de estrés y tristeza, buscando un equilibrio y conciencia corporal. En este respirar y en todas las formas que encontramos para desarrollar nuestra resiliencia, aparece también el arte del olfato. Al sentir olores esta información viaja desde nuestra nariz hasta regiones cerebrales específicas como el bulbo olfatorio, las cuales están asociadas con la memoria y las emociones, especialmente en el sistema límbico, que dirige nuestras emociones y comportamiento.
Capaz me voy por la tangente, pero…. como cambia una experiencia cuando el aroma abraza.
Ahora la pregunta, ¿que aromas hay en mi casa, en mi jardín? ¿Como puedo hacerlos conscientes y que sean parte de esta escenografía de vida?
Desde la Aromaterapia podemos utilizar los aceites esenciales, pero, de una forma más casera, podemos pensar en aromas que podamos cosechar en casa.
Voy a poner de ejemplo algunos y sus propiedades.
Lavanda: Su fragancia relajante y herbal es ideal para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la calidad del sueño. Es un aroma que transmite bienestar y tranquilidad.
Rosa: tiene una fragancia floral dulce, que evoca recuerdos y genera sentimientos de seguridad y afecto, mejora claramente el estado de ánimo.
Melisa: la melisa tiene ese aroma cítrico y alimonado, con tintes mentolados. Es un aroma que sirve para reducir el nerviosismo, el mal humor y la irritabilidad, promueve la calma.
Tomillo: el aroma herbal fresco del tomillo nos ayuda a crear un ambiente saludable y revitalizador, favorece la concentración y claridad mental, ya muchos lo conocemos también por sus propiedades expectorantes y facilitadoras de la respiración.
Romero: de aroma fresco y silvestre, se usa para estimular la memoria y concentración, es muy útil para el trabajo y el estudio.
Salvia: utilizada en muchas culturas, la salvia tiene aroma a calma, equilibra la energía, y nos provee bienestar mental y emocional.
Y por último el Jazmín: bello y con un aroma que mima, dulce y floral. El jazmín da relajación y bienestar emocional, evoca romanticismo y pasión, es un aroma que se asocia a la naturaleza y la tranquilidad.
Hay muchos más aromas en el jardín, esta bueno tomarse un rato, en esta primavera que se está asomando, para identificarlos, olerlos y en este renacer, reconocer que sensaciones y recuerdos pueden evocar.
Desde Bariloche, desde mis aromas, desde mi conexión con la tierra y la resiliencia que me brinda, les deseo un sentido y amoroso Resurgir.
ALMA SILVESTRE
-Cosmética e Higiene natural - Medicina Holística
5´ EN LA COCINA:
“Ensalada de burrata
con duraznos asados.”
Ingredientes:
Esta ensalada se basa en ingredientes sencillos y de alta calidad para que luzca espectacular.
Necesitarás lo siguiente:
Duraznos frescos : maduros pero firmes para cortarlos fácilmente.
Queso burrata : cremoso y delicado, la estrella del espectáculo.
Tomates cherry o reliquia (opcional): agregan color vibrante y acidez.
Hojas de albahaca fresca : para dar fragancia y sabor.
Rúcula o verduras mixtas (opcional): añade volumen y un toque picante.
Glaseado balsámico : final rico y agridulce.
Aceite de oliva virgen extra: realza el sabor de todos los ingredientes
Sal marina y pimienta negra recién molida, para condimentar.
Pasos:
Corta los duraznos en gajos finos. Puedes dejarles la piel o pelarlos, al gusto.
Coloque la burrata en una fuente. Córtela por la mitad o en trozos más pequeños para servirla con mayor facilidad.
Añade los duraznos alrededor de la burrata.
Si usas tomates, distribúyelos entre ellos para darle más color y sabor.
Agregue hojas de albahaca fresca a toda la ensalada para darle un toque herbáceo.
Rocíe con aceite de oliva y glaseado balsámico por encima.
Espolvorear con sal marina en escamas y pimienta molida para terminar.
Fuente: betterhome
Trago para recibir la primavera
“Gin con frutos rojos”
Ingredientes : Gin Tonic de frutos rojos
-60 ml de gin
-120 ml de agua tónica
-2 frambuesas, 2 moras y 2 blueberries
-Hielo
-1 mora y 1 frambuesa para decorar
Preparación:
En una copa globo previamente enfriada, agregá los frutos rojos más el gin y macerá los ingredientes hasta formar un puré, posteriormente agregá hielo hasta llenar la copa y agregá poco a poco el agua tónica hasta llenar la copa.
Con una cuchara remover suavemente para mezclar los ingredientes.
Agregale las frutas reservadas para decorar y A DISFRUTAR!....CHIN CHIN
TAREAS DE JARDINERÍA
EN PRIMAVERA:
Limpieza: Retirar hojas muertas, ramas secas y restos de plantas del invierno. Preparación del suelo: Remover la tierra, mejorar la oxigenación y eliminar malas hierbas.
Abonado: Aplicar abono o compost para enriquecer el suelo con nutrientes.
Poda: Eliminar ramas secas o enfermas, Podar arbustos y rosales para estimular el crecimiento.
Plantación: Sembrar flores anuales, perennes, y hortalizas de temporada.
Control de plagas: Aplicar tratamientos naturales o biológicos para prevenir plagas y enfermedades.
Riego: Ajustar la frecuencia del riego según las necesidades de las plantas y la lluvia.
Mantenimiento del césped: Retirar restos, reparar daños, abonar y resiembrar calvas.
Plantación y trasplante: Trasplantar plantas que lo necesiten y plantar bulbos de temporada.
Control de malas hierbas: Eliminar las malas hierbas que compiten con las plantas por nutrientes.
Preparación de herramientas y suministros: Asegurarse de tener todo lo necesario para la temporada de jardinería.
Estas tareas ayudarán a mantener el jardín saludable y vibrante durante la primavera y el resto del año.
ESPERANZA
Quizás con algo de razón se acusó a los cristianos de desvalorizar nuestra vida en la tierra, viéndola simplemente como la oportunidad de granjearse una mejor en la otra esperada. Es innegable que algunas prédicas, catequesis, consejos espirituales, prácticas pastorales, tuvieron lamentablemente este colorido. Cierto dolorismo entendido como entrega meritoria o negación de la bondad del cuerpo en función de un «más allá» de tinte maniqueo, se mesturaron alguna vez y diluyeron con su tristeza la esperanza de la «buena noticia». A Dios gracias, siempre hubo hombres y mujeres, jóvenes, ancianos y niños que bebieron el agua limpia del evangelio y trasmitieron una esperanza muy diferente. Me gustaría comprenderla a partir de una imagen que me parece muy elocuente.
Hace poco unos papás primerizos vinieron a contarme que estaban «esperando». La alegría era enorme. «Esperando» dijeron. Dos meses de embarazo y la familia entera (abuelos, tíos, y primos) estaban tomados por la alegría de esta espera. Que la abuela ya se había puesto a tejer los escarpines blancos, que los hermanos de la mamá se «peleaban» por quién les regalaba el cochecito (y bromeaban sugiriendo el contracambio de ser padrinos), que los del papá querían regalar la cuna, que el abuelo albañil pintaría la pieza, que los sobrinos ensayaban nombres -entre los cuales, por supuesto, si «es varón Lionel»-. Toda una familia tomada por una alegría que ya era, pero que todavía sería más. Me impresionó como esta esperanza no tenía nada de una cosa que vendrá luego por la cual hay que sacrificar lo presente. Todo lo contrario: era un ya sí (dos meses), que todavía sería aún más (el rostro contemplado) y que modificaba el presente de esa familia llenándolos de alegría. Me impresionó como el final, que todavía no había llegado, preformaba su presente llenándolos de gozo y tareas concretas. El futuro no era simplemente un «más allá», era un por-venir, era un viniendo, y un creciendo «desde» y «en» el hoy de sus vidas, cambiándolas por completo.
El jubileo de la esperanza es una invitación a redescubrir que Jesús viene, no solo desde el futuro, sino también gestándose cada día como misterio que nos llena de alegría. Es decir, es un futuro en la medida en que es un presente creciendo. Un «ya sí, pero todavía aún más» dicen los teólogos.
La esperanza cristiana no es una ilusión tranquilizante o una explicación asfixiante de las penas del presente, es una alegría que lo cambia todo, que alarga los corazones y los hace con-cordar, que nos hace mejores, que nos une como familia, que nos pone a servir creativamente y, naturalmente, a celebrar. Es una noticia que descentra y pone en el centro lo que realmente importa.
La ironía de Borges puede ser un buen y sugestivo corolario a lo que acabamos de decir: «¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte?» – se pregunta el literato-. «Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad» -responde-.
P. Juanchi Esteves
LAS BASES DE UN BUEN PLAN
Por Mariano Durlach
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¿Construirías un edificio sin cimientos? Entonces, ¿por qué pensar en tu futuro financiero sin una base sólida?
En mi “otra vida profesional” fui arquitecto y docente en Planificación y Organización de Obras. Tal vez por eso me resulta inevitable comparar la planificación de un edificio con la de un plan financiero.
Al construir, nadie elimina los cimientos porque “no se ven” o para avanzar más rápido hacia la parte linda y vistosa del edificio; tampoco se reducen las columnas y vigas porque “quedan tapadas”. Todos sabemos que el secreto de un edificio duradero está en lo que sostiene, no en lo que luce.
Con las finanzas pasa lo mismo. Un plan de inversiones necesita bases que reemplacen la fuente de ingresos y protejan el capital a medida que crece.
La fórmula básica es simple:
Inversión + % + tiempo = capital
Nosotros decidimos los aportes e inversiones; los mercados determinan los rendimientos financieros según el riesgo que elijamos pero hay una variable que nunca podremos controlar: el tiempo. Podemos llegar al plazo esperado y disfrutar del plan… o no. Ahí es donde entran los seguros para garantizar el resultado del plan.
Los seguros de vida en particular son como los cimientos y las estructuras: invisibles, costosos [aunque menos de lo que el imaginario cree], a veces postergados… pero fundamentales.
En arquitectura y en finanzas, lo invisible es lo que da seguridad. Por eso, hoy te invito a revisar la solidez de tus cimientos financieros.
SABIAS QUE ….
Ánton era judío y dueño de una de las panaderías más famosas de Alemania. Cuando le preguntaban cómo había sobrevivido al Holocausto, solía contar esta historia:
—¿Sabes por qué estoy vivo hoy?
Cuando era adolescente, los nazis nos subieron a un tren rumbo a Auschwitz. Días enteros sin comida, sin agua, sin abrigo. Nevaba. El frío era brutal. La muerte estaba en cada rincón del vagón.
Junto a mí, un anciano temblaba sin parar. Yo también me estaba congelando, pero usé mis manos para frotar las suyas, su cara, sus piernas. Lo abracé toda la noche, le hablé, le pedí que no se rindiera.
Cuando salió el sol, descubrí algo que me estremeció: todos los demás en el vagón habían muerto congelados. Solo quedábamos él… y yo.
Él vivió porque lo mantuve caliente.
Yo viví… porque lo mantuve vivo.
Y entonces Ánton decía:
“El secreto de la supervivencia es calentar el corazón de los demás. Cuando das calor, lo recibes también. Cuando ayudas a vivir… vives tú también.”
Credito a quien corresponda
Aquél sí que era un entonces
– Contás cosas viejas de CUBA y Los Nogales, ¿por qué no te pones a escribirlas un poco?
– ¿Te parece?
–Dale, no seas fiaca, nosotros no sabemos ni cómo llegaste acá.
–Lo intentaré, te lo prometo.
Y lo estoy intentando.
Cuando yo era chico, chiquito, íbamos con mi padre y mis hermanas a una quinta en Ramos Mejía (una manzana a 8 cuadras de la estación), que había comprado mi abuelo en 1904. Cuando yo tenía 7 u 8 años, papá nos cargaba en el coche a mí y a unos cuantos primos de mi edad y no llevaba a esa quinta a jugar al fútbol. En un Plymouth del 46 nos cargaba a seis, siete y hasta nueve para hacer un partido interesante. Si éramos más de nueve pedía prestado el coche que había sido de mi abuelo, un Chrysler 1940 de 7 asientos. Si no tiene idea de lo que era ese coche búsquenlo en Internet, porque no creo que haya ninguno fuera de algún museo.
Esa quinta duró en la familia hasta 1952 en que se loteó y se remató. Pero papá no podía vivir sin un fin de semana entre árboles y recorrió medio Gran Buenos Aires buscando un lugar apropiado. Hasta que se enteró que CUBA, el club al que iba todos los miércoles a jugar a la paleta, estaba por inaugurar la sede de Villa de Mayo.
Así llegó a Los Nogales y encontró que se vendían todos los lotes de la calle Los Naranjos entre Los Paraísos y Las Acacias, que pertenecían a dos hermanas a las que mi padre llamaba “las señoritas Real”. Nunca supe otro nombre de ellas.
Compró los lotes de la esquina de Los Naranjos, con fondo en la quinta Los Nogales, que entonces pertenecía a la Familia Flynn. Era el casco de la estancia, demolido hace algunos años.
Primero construyó una casa chiquita, que terminó siendo de caseros y después la casa principal donde pasamos el primer verano de 1956 del que nunca me olvidaré. Todavía la casa no estaba terminada cuando nos invitaron a un asado en lo de Flynn organizado por la dueña de casa, fundadora y primer presidente de la Asociación de Fomento, alma mater del barrio y centro de toda referencia y consejo.
Allí empezamos a conocer a nuestros nuevos vecinos, que no eran muchos.
Vamos con algunos apellidos. En primer lugar los Flynn y los Berthe, sobrinos de la señora, la familia Leiguarda, que ocupaban todo el frente de la calle Frías entre Las Acacias y Los Paraísos. Allí vivían Goga, casada con el doctor Martínez y padres de Gustavo, que todavía anda por el barrio, Mon, padre de Monci Leiguarda, destacadísimo médico, Pimpo y Ema, casada con Chingo Aguilar.
Cerca vivían los Fernández Marelli y en Los Eucaliptus casi Los Paraísos, los hermanos Prats, Julio y Roque; un poco más adelante los Soifer y los Gutman, parientes de Benny Goodman, que los visitó en una oportunidad y conservo la foto de ese día. Lejos, en La Pradera, los Freytes.
Entre los pioneros de la década del 40, el doctor Gotta, los Orfilia y los Bayona, los Bori y los Ahumada. Todavía no existía el Prolojito y para las compras había que ir hasta San Miguel. Si era poco, en bicicleta, para algo más pesado había que ensillar el carricoche, en el que también íbamos al cine en Polvorines (frente a la estación en la primera esquina después de la calle Rivadavia), dejando el vehículo atado en el palenque que había en la vereda.
Todo era muy elemental, pero teníamos una subcomisaria, que funcionaba en donde ahora está el bunker. Había un vigilante permanente que se llamaba Bussi y falleció en un tiroteo años después.
Al margen de cualquier cosa importante, un chisme. Para lo asados anuales de la Asociación de Fomento, obra de la señora de Flynn, mi padre donaba el dulce de membrillo de su fábrica para hacer el “postre de vigilante”. Por lo tanto, ese postre, en los Nogales, se llamaba Bassi-Bussi.
En esos primeros años, CUBA vivía una época nefasta. Desde abril del 53 el club estaba intervenido y todos los equipos de rugby, que era la máxima actividad de los fines de semana, se habían retirado y no competían. De modo sólo se encontraban golfistas y algunos chicos pateando a los palos para practicar. Recién en septiembre de 1956 la UAR habilitó a CUBA para volver a jugar en sus campeonatos.
La primera edificación de la sede tenía una confitería con una chimenea en el centro que ayudaba a mitigar los inviernos crudos.
Y mientras tanto el barrio crecía. Allí ya vivía la familia Fox, pionera, y los Peluffo en la esquina del hoyo par 3 de la cancha, los Joanneton, los Pellejero, los Boraschi, los Pasman... en fin a esta altura algunos apellidos se me escaparon y no quieren volver, pero en mi defensa alego que en la mayoría de las familias que he nombrado vivía muchachos jóvenes y chicas lindas con las que compartíamos largas salidas en bicicleta y cabalgatas heroicas.
En un terreno grande que pertenecía al Dr. Marelli tuvimos nuestra primera pradera de pastoreo, que algunas tardes se transformaba en ¡cancha de polo!. ¡Polo montados en pelo y cancha con más pozos que pasto! Eso sí, si la bocha caía en un pozo, estaba permitido desmontar y tratar de pegarle con el taco como si un palo de golf. En ese lugar nació Los ratas polo club impulsado con el empuje del gran entusiasta que fue Horacio Aguilar, que hasta logró edificar una sede de mampostería en la esquina de Esteban de Luca y Los Paraísos.
En el verano del 56 teníamos que inventar qué hacer, fundamentalmente porque la pileta de CUBA estaba cerrada por la epidemia de poliomielitis y a pesar de que a las tardes íbamos a jugar al voley, chicos y grandes (había una señora que jugaba con pollera tubo de la época), eso era menos de una hora y no todos los días. De modo que la bicicleta era el rey de la acción.
Ay, las bicicletas. Vivíamos montados en ellas y hacíamos salidas inverosímiles, por ejemplo, de no creer, íbamos por caminos internos llenos de pozos hasta Don Torcuato ¡a tomar un helado!
Muchos teníamos caballos pero pocas monturas. Salíamos a pasear algunos con montura, otros en pelo y varios privilegiados con una chica en ancas.
Otra alternativa era encontrarnos con alguien y a manera de saludo le decíamos “avisale a tu vieja que esta tarde vamos a tomar el té a tu casa”.
El problema era para las pobres madres (sabíamos elegir las que decían siempre que sí), que se esmeraban en preparar un té consistente con nuestra gula de adolescentes y hasta horneaban un biscochuelo Exquisita.
El otro yeite era la música, ya que todos queríamos bailar. Pero solo disponíamos de una vitrola que había que transportar de casa en casa y nos obligaba darle cuerda entre disco y disco, que duraban no más de dos minutos.
¡Qué lindos tiempos aquéllos!, decían los viejos cuando yo era chico y ahora digo yo.
Y sí, vivir sin otras preocupaciones más que pensar en qué vamos a hacer esta tarde es bastante descansado, ¿o no?
Es imposible recordar esa época sin responsabilidades ni grandes obligaciones, donde todo era diversión o pensar en cómo divertirse un poco más.
Es imposible no recordar a los que ya no están y que fueron nuestros amigos “para toda la vida” por uno o dos veranos.
Después, la vida vino en tacos altos y trajes con chaleco, en universidades y profesorados, en colimba y a retaguardia frente hasta que logró que nos olvidáramos un poco de ellos y ellas, que hicieron las delicias de nuestra adolescencia con su amistad desinteresada y su alegría.
En cambio yo me hundí en el mar de los recuerdos y me cansé sobremanera.
Por hoy debo decir... será hasta la próxima si me dura el carretel.
Enrique Daniel Bassi